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Natalia Castrejón

"Te estás volviendo demasiado inteligente para gustarle a un hombre", le dijeron a Janet Gutiérrez

  • Aunque Janet Gutiérrez se enfrentó a cuestionamientos sobre su vida personal y profesional, actualmente es una reconocida investigadora de alimentos como el maíz y el nopal. Tiene más de 10 patentes registradas

  • La científica mexicana cree que salud, desarrollo social y economía se relacionan por lo que es necesario el trabajo en equipo. Ella ha colaborado en la academia, la industria y áreas rurales

Por Natalia Castrejón

Fotos: cortesía de doctora Janet Gutiérrez

Janet Alejandra Gutiérrez Uribe, investigadora mexicana.

¿Te quieres casar? Le preguntó una de sus abuelitas a la doctora Janet Alejandra Gutiérrez Uribe al ver que continuaba estudiando y estudiando. Sí, le dijo la investigadora, quien es la única integrante de su familia que ha hecho un doctorado. "Te estás volviendo demasiado inteligente para gustarle a un hombre" le dijo alguien más. Ante cuestionamientos y comentarios como éstos, hechos no sólo en el ámbito familiar, la académica mexicana y madre de dos retoñitos, nunca se ha quedado callada: busca que sus alumnas tampoco lo hagan. La científica opina que con argumentos y evidencias es como se demuestra que la labor de alguien es significativa.


En la actualidad persiste la idea errónea de que la ciencia es para los hombres, esta concepción va acompañada de roles y estereotipos de género. Aunque la participación y reconocimiento de las mujeres en la ciencia ha aumentado paulatinamente, aún es notoria una brecha de género. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), menos del 30% de quienes hacen investigación científica en el mundo son mujeres.


La académica mexicana desafía esa condición y ha graduado a más de 30 estudiantes de posgrado, la mayoría han sido mujeres, a quienes recomienda: “decir las cosas como son, sin meter el corazón”.


Janet Gutiérrez, ganadora del Premio de Investigación en el área de ciencias naturales (2020) otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias (la distinción más importante que otorga la AMC), busca “tesoros escondidos” que benefician a la salud. Estudia alimentos y plantas de México: desarrolla metodologías para descubrir compuestos bioactivos (sustancias químicas que se encuentran en pequeñas cantidades) los cuales caracteriza químicamente, aisla y estabiliza. Ella ha puesto especial atención a compuestos bioactivos en alimentos, con el fin de prevenir enfermedades crónicas y degenerativas.


Las investigaciones de Gutiérrez Uribe, en conjunto con otros colegas, le han permitido, entre otras cosas: catalogar como alimentos nutracéuticos (que proporcionan un beneficio probado a la salud humana) a ciertas variedades de maíz; considerar a algunos alimentos como productos de alto valor comercial e incluso con amplias aplicaciones quimioterapéuticas como es el caso del orégano; definir a la S. compressa y la E. arborea (ambas algas de la costa del Pacífico noroeste mexicano) como candidatas potenciales para productos alimenticios y preparaciones nutracéuticas y farmacéuticas, y como aditivos para el manejo de la diabetes.


Actualmente, algunos de los proyectos de la investigadora nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), están enfocados en maíz, agave y nopal. Sobre este último cree que “no puede ser que solo lo consumamos en ensaladas o platillos”, algo se puede hacer con esta planta cactácea que abunda en zonas con altos índices de pobreza en México.


Además de desempeñarse en el laboratorio y las aulas, Gutiérrez Uribe ha trabajado en proyectos de investigación con empresas (como PEPSICO y Kellog’s) y en áreas rurales donde promueve la transformación de las actividades tradicionales de los pobladores con el fin de mejorar sus ingresos y el uso de sus recursos naturales. La científica cree que se necesita trabajar en equipo pues la salud, el desarrollo social y los impactos económicos se relacionan.


Construir lo inexistente


Janet Gutiérrez nació en Monterrey, Nuevo León; cuando era niña acomodaba sus peluches frente a un pizarrón: siempre le atrajo la docencia. Conforme creció le encantaron la física, la química y las matemáticas. Decidió estudiar Ingeniería en Industrias Alimentarias en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Esa carrera le ofreció un panorama con muchas aplicaciones tecnológicas e impacto social: todas las personas tienen que comer y están relacionadas con el medio ambiente.


Bioquímica fue la clase favorita de Gutiérrez Uribe durante la licenciatura, ahí supo que existen cosas tan pequeñas que pueden lograr cosas drásticas en el cuerpo. Durante la carrera participó en asociaciones estudiantiles que organizaban congresos; en estos eventos conoció a científicos, lo cual la acercó a la investigación. El haber participado en proyectos de investigación con la industria, durante el último año de su ingeniería, también fue un factor que la unió a ese mundo.


El análisis de fitoquímicos (compuestos producidos por plantas) le interesó a la entonces estudiante. Con ayuda de su padre, médico de profesión, se percató de que lo que quería hacer no existía y asumió la responsabilidad de construirlo. Esto fue, y sigue siendo, posible gracias a la consolidación de su formación profesional; ella ha podido analizar química y genéticamente los efectos que algunos compuestos bioactivos, especialmente de alimentos y plantas de México, tienen en la salud. Janet Gutiérrez hizo una maestría en Ciencias con especialidad en biotecnología (ITESM) y después un doctorado en Ciencias de Ingeniería con especialidad en biotecnología (ITESM).



Ir a contracorriente


En 2017 la doctora Janet Alejandra tuvo un reto muy grande: mudarse de su natal Monterrey a Puebla; lo decidió en dos meses como parte de un compromiso personal con el Tec y con México. Actualmente se desempeña en la “ciudad de los ángeles” como directora del Departamento de Ciencias de la Región Sur del Tecnológico de Monterrey. Ella cree que en los estudios profesionales se puede generar un gran impacto en los estudiantes al transmitirles que sin la ciencia no hay desarrollo sostenible en la sociedad.


Los logros de la académica le han permitido obtener diversos reconocimientos como ser parte de la comunidad de los Jóvenes Científicos seleccionados por el Foro Económico Mundial (2018) o la medalla al Mérito Cívico (2017) del Estado de Nuevo León, pero para ella la formación de recursos humanos es una de de sus mayores aportaciones, lo cual incluye impulsar a sus alumnos y ofrecerles conocimientos con los que puedan desarrollar sus proyectos.


Entre las patentes registradas de Janet Gutiérrez están: Proceso para la regeneración de plantas de orégano mexicano (del género Poliomintha) mediante organogenésis indirecta (2014); Productos alimenticios suplementados con extracto en polvo de testa de frijol negro para reducción de obesidad e hiperlipidemia y actividad antioxidante (2013) y Agave Syrup extract having anticancer activity (2013) [Extracto de jarabe de agave que tiene actividad contra el cáncer].


La científica cree que transformar el mundo implica ir por caminos que no son convencionales; en su experiencia dan muchos nervios ir a contracorriente pero “un logro por pequeño que sea te impulsa a seguirte arriesgando”. Ella alienta a sus alumnos a que hagan lo que les da felicidad mientras no afecten a nadie y a que busquen equilibrio entre su vida personal y profesional.

“Nadie tiene nada seguro en esta vida, entonces vive el placer de arriesgarte”, opina la académica.
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