Aceptó participar en el evento de Aunam porque creía que el futuro del periodismo estaba en los jóvenes
Por Vijai Bacquerie
A comienzos del siglo XXI, el periodista polaco Ryszard Kapuscinski (1932-2007) era referente de buen periodismo en todo el mundo y la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM no era la excepción, por eso, cuando se supo que tendría una charla con sus estudiantes, la escuela se puso de cabeza, estaba en México para promover Los cínicos no sirven para este oficio, pero también para hacer lo que mejor hacía, compartir su pasión con los jóvenes.
Su visita fue organizada en el marco de las actividades de la Agencia Universitaria de Noticias (Aunam) y ayudó a darle impulso y mayor relevancia a este proyecto en el que muy pocos creían en la Facultad, y que esta semana ha celebrado sus primeros 20 años de actividades como el único espacio en Ciencias Políticas habilitado para la práctica periodística.
La profesora Emma Gutiérrez González habló a Politikón News sobre sus experiencias como parte del equipo que apoyó a la fundadora Carmen Avilés y, sin duda, expuso, la visita de Kapuscinski es de los episodios más emocionante que a ella le ha tocado vivir. “Se han tejido muchas anécdotas alrededor de él (Kapuscinski), pero yo te voy a contar como estuvo; yo soy la única que tiene la verdad”, aseguró jocosa.
“Era 27 de septiembre del 2002, lo recuerdo muy bien porque era mi cumpleaños, cuando arribó Kapuscinski a la Facultad y fue una gran bocanada de aire fresco para las nuevas generaciones. Traerlo a Ciencias Políticas era un logro de su entonces adjunta, Norma Bautista, quien trabajaba en relaciones públicas de Anagrama, la editorial del maestro, y aunque Aunam no tenía recursos para costear la visita, él había hecho un espacio en su agenda porque conocía el trabajo de la Universidad, y al invitarlo aceptó únicamente “porque el futuro del periodismo está en los jóvenes.”
El día de la visita se tenía previsto llevar a cabo la conversación en el Auditorio Ricardo Flores Magón, sin embargo, al llegar a la Facultad de Ciencias Políticas el transformador de la luz no funcionaba; situación que puso en riesgo el evento. “Empezamos a movilizarnos, junto con la maestra Carmen, con todo el mundo anduvimos viendo qué hacíamos”. Después de aquel contratiempo se tomó la decisión de cambiar de sede para llevarlo a alguno de los auditorios de Humanidades, en el Instituto de Investigación.
Gutiérrez, quien mantiene muy vivos esos recuerdos, relata que en aquel momento sentía “emoción al ver tantos jóvenes de la Facultad y alumnos de toda la Universidad caminando por el circuito Mario de la Cueva. Al llegar al Auditorio de Humanidades “es chico”, ya estaba rebosante de jóvenes impacientes porque diera inicio la charla. Situación que provocó el temor a un inminente “portazo”. Recuerda que al llegar al Instituto el periodista polaco le dijo: “en alguna otra parte del mundo tuve que entrar por una ventana”.
Gutiérrez recuerda cuando Fernando Pérez Correa, entonces director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, se apresuró al podio para hacer tiempo y permitirles organizar una transmisión de circuito cerrado, para quienes se habían quedado fuera.
Luego de unos minutos de sorpresa y desconcierto, pero también de emoción, comenzó la charla y allí dio cátedra de distintos temas generales, pasando por la ética y la mercadotecnia, el periodismo, la literatura y la geopolítica, a la administración de empresas y la psicología, aunque siempre sustentada en la idea de ser muy crítico sin dañar a sus semejantes.
Hay que recordar que para Kapuscinski, México no era ajeno, ya que fue corresponsal de la agencia polaca Pap, de 1968 a 1972, donde perfeccionó su español, lo que le permitió cubrir toda América Latina. “El reportero del siglo” nos enseñó que el periodismo es un trabajo que se tiene que hacer con humildad, característica importante al trabajar con la gente. La gratitud frente al otro, eso era algo elemental que transmitió a los alumnos.
“Me quedé sorprendida porque solamente los periodistas que saben la importancia de la labor que hacemos en la sociedad, tienen esa amabilidad, ese cariño y esa humildad que tenía este señor (Ryszard Kapuscinski)”, relató la profesora, para quien convivir con este hombre le permitió comprender las dimensiones periodista y de ser humano que era.
Al verlo con esa humildad y sencillez; ser tan agradable al convivir con los alumnos. Aquel día no hubo un solo alumno que se fuera sin un consejo o mensaje de aliento”, afirmó la maestra, quien tuvo oportunidad de convivir más de cerca después, durante una comida que se le ofreció como agradecimiento al periodista polaco, autor de emblemáticos libros como El Sha, Ébano, La guerra del futbol, El Emperador, El Imperio, Encuentro con el otro, entre muchos más.
En la parte superior:
A la izq, Foto María del Carmen Varela Arreola: Prof. Carmen Avilés, Ryszard Kapuscinski y Ángeles Cruz Alcalde otra de las profesoras que inicialmente apoyó a Aunam.
A la der, Foto María del Carmen Varela Arreola: Prof. Carmen Avilés y Ryszard Kapuscinski.
En la parte inferior el periodista Polaco Ryszard Kapuscinski.: a la izq. foto de Atlila V.; a la derecha foto obtenida de Flickr.
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