top of page
Por Vanessa García Santos

25 N: La marcha sin un final cercano

Por Vanessa García Santos


Once mujeres asesinadas al día; alrededor de 40 mil denuncias por agresiones

graves en nueve meses del año; 20 mil denuncias por mes, si estas cifras no

son razón suficiente para levantar la voz, entonces ¿qué estamos esperando

que ocurra?


En años recientes se ha hecho visible un problema que tiene larga historia en este país, algo que por generaciones ha sido visto como “normal” y que las nuevas generaciones ya están enfrentando, tratando de hacer valer el dicho de “a una mujer no se le toca ni con el pétalo de una rosa".


Múltiples manifestaciones se han hecho sentir en México, quizá la más representativa la del 9 de marzo, en que miles de mujeres, niñas, jóvenes salieron a las calles a exigir lo que por derecho les corresponde y debería garantizar un proceso totalmente libre de prejuicios y malos tratos.


El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, algo que en México no podía pasar inadvertido, dadas las circunstancias de aumento de la violencia durante esta pandemia. A pesar de no haber sido como la del 9M, tuvo un valor importante porque no se deja de lado la lucha contra la violencia e injusticia en el país. Las marchas generan sinsabores, algunos las apoyan, pero están en contra de la violencia ejercida en estas, otros juzgan porque no se han visto envueltos en una situación de asesinato, desaparición, violación e injusticia, otros las tachan de destructoras, asegurando que por eso a las mujeres las matan, violan, desaparecen.


En un mundo ideal esto no ocurriría, las manifestaciones serían totalmente pacíficas y las autoridades harían caso de los problemas existentes en la sociedad, sin embargo, no lo es ni lo será. El machismo lejos de erradicarse se ha apoderado de la sociedad, bajo el amparo del sistema y las propias autoridades que escudan en procesos altamente dañinos y tóxicos para la víctima, causando un daño irreparable.


Patricia Olamendi, activista y fundadora de "Nosotras Tenemos Otros Datos", recalca que es necesario entender el porqué de las protestas, retoma que se debe visibilizar el contexto de violencia, inseguridad e impunidad hacia la mujer. Pareciera, dice, que a las autoridades les da flojera realizar su trabajo y lo llevan a cabo con negligencia.

Las autoridades se han convertido en un verdugo para la justicia, la sociedad juzga sin tener empatía, las mujeres cada vez más hartas y los hombres que violentan mujeres, tranquilos porque dichas instancias justifican sus acciones e incluso pareciera que hacen todo lo posible por dejarlos libres a pesar de su culpabilidad.


Vivimos en medio del doble discurso de un gobierno ignorante, con un discurso feminista, que apoya, incluye, que hace suya la lucha de combatir la violencia hacia la mujer, pero finge desconocer la cifras, las quiere hacer pasar como simples números, estadísticas que no importan, pues sólo sirven para atacarlo a la más mínima provocación. Argumentan que solo son detractores del gobierno, conservadores, cosas del neoliberalismo. No se dan cuenta que la violencia hacia la mujer es real ¿por qué nadar contracorriente?


Las manifestaciones han sido parteaguas, visibilizan, unen, luchan por un mismo objetivo, le dan voz a quien ya no la tiene, se hacen escuchar, se alzan sin importar si las tachan de detractoras, el punto es conseguir justicia para todas.


Cada caminata resuenan miles de voces, ¡hermana yo te creo! ¿Por qué personas ajenas creen en nosotros, por qué el gobierno no se toma la molestia de creer también y empezar a hacer algo que tenga relevancia dentro del sistema?


A veces ni la transformación en cifras funciona, se vuelve un circulo vicioso hasta que llega alguien más, otra, otra y otra. Las familias depositan sus esperanzas de justicia en un sistema donde el dinero puede más que los mismos derechos, la impunidad se vierte, destroza a la misma esperanza para finalmente quedar con un dolor irreparable.


Las protestas son por todas aquellas que fueron asesinadas, desaparecidas, agredidas; por la impunidad que provocan instancias incompetentes, por la deshumanización existente en los procesos, por la revictimización, por justificar una acción injustificable, por no entender el hartazgo de no poder vivir tranquilas, caminar por la calle, usar la ropa que les guste. Esta es una defensa legítima entre mujeres ante la falta de solidaridad de quienes simplemente deberían hacer su trabajo. Terminar por entender que, si tocan a una, nos tocan a todas, todos y todes.


xxx

15 visualizaciones

Comentários


Publicar: Blog2_Post
bottom of page